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viernes, 31 de agosto de 2007

PARO RESPIRATORIO EN PARAMILLO


por: ISAAC VILLAMIZAR

Disfruté las vacaciones en uno de los lugares de más paradisíaco esplendor de la naturaleza venezolana. Es el Parque Nacional Mochima, en las costas del estado Sucre. Allí Dios le regaló al país unas vistas marinas y unas playas cristalinas como pocas he conocido en mi ruta viajera por el mundo. Sin embargo, fallas en su cuidado y en la planificación por los sectores oficiales podrían afectar esta reserva natural. De ello me ocupare en otra entrega. Al regresar he conocido detalles del nuevo ataque que se pretende inferir al Parque Natural Paramillo “Mons. Marco Tulio Ramírez Roa”. En todas partes se cuecen habas.

Como Consultor Jurídico y Apoderado Judicial de la UNET conozco a fondo la problemática del Parque. No es la primera vez que sectores oficiales quieren agredir lo que a todos los sancristobalenses nos corresponde por decisión natural. En Septiembre de 1997 Corpoandes quiso intentar un despojo, no a la UNET, como Comodataria del Jardín Botánico, sino a la ciudad, pretendiendo urbanizar el Parque, con vistas a negocios pocos claros. Desde ese momento la Universidad, tanto académica como judicialmente, enfrentó con éxito esta primera arremetida. Corpoandes no sólo perdió, por negligencia, su acción judicial ante la Sala Política Administrativa del TSJ, después de un largo recorrido por diversas instancias, sino que la UNET demostró, públicamente, el inmenso beneficio que le ha brindado a la comunidad tachirense y a este villorrio, con la preservación de las especies de flora y fauna que allí existen, y con los programas docentes, de extensión e investigación que permanentemente, desde hace muchos, años allí se realizan.

Por razones obvias no debo revelar, en esta columna, algunos argumentos estratégicos de tipo legal que, por una parte, sustentan con creces y fehacientemente la figura jurídica que acredita a la UNET su condición de guardador y custodio del Parque y que, por la otra, eliminan de plano cualquier intención oficial de convertir algunas hectáreas en concreto y cabilla. Sin embargo, debo señalar, ante la lectura de la información aportada por Fundatáchira, que se encuentran equivocados y pésimamente asesorados en la parte legal. Existe un compromiso escrito entre Corpoandes y la UNET para convertir esa zona en un programa conjunto de estudios ambientales a nivel latinoamericano, lo cual ya se materializó con la creación de una Fundación conjunta para cumplir con ese propósito. Asimismo, la zonificación municipal y de Mindur impide, a toda costa, que esa superficie sea destinada a otra cosa que no sea jardín botánico. Es más, existe un Decreto de la Alcaldía del Municipio que resguarda este destino y firmemente asegura que allí no se permitirá la construcción de urbanismo alguno. Pero si las razones legales abundan a favor de la conservación del parque, las razones ambientales y ecológicas no son menores. Allí se asienta un reservorio de especies, algunas incluso en peligro de extinción, y se ejecutan programas de formación a nivel estudiantil y docente, que abarcan visitas guiadas a estudiantes de todos los niveles, al público en general y a niños especiales, que fomentan la conciencia por la identificación del equilibrio ecológico, derecho transgeneracional que nadie puede desconocernos. El Parque Natural Paramillo es un desahogo que tenemos los tachirenses, ante el caos vial, urbanístico y de seguridad que vivimos; es el medio de inspiración y espiración profunda de los pulmones citadinos, que de nuevo los universitarios estamos dispuestos a defender, para que no nos encierren en cuatro paredes.

isaacvil@yahoo.com

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